Las muchas fiestas y los pocos viajes que hice durante mis años de universitario los costearon 2 fuentes de ingresos:
- Hacer trabajos de la uni para compañeros de la uni.
- Camarero en el bar irlandés en el que luego salía de fiesta.
Un día hará 10 años en aquel bar, no recuerdo a cuento de qué, le dije a uno de los parroquianos que el whisky me parecía repugnante y me contestó con un categórico: “tú no has tomado whisky de verdad en tu puta vida”.
No me vi venir que el exabrupto ocultaba lección de vida y marketing:
El fulano era sommelier -bastante bueno, supe después- y tenía los huevos pelados de lidiar con gente que creía que no le gustaba el whisky porque había probado el DYC, que es como decir que no te gusta el pescado porque una vez te comiste cruda y con escamas una trucha de pantano.
Ni lo uno es pescado, ni lo otro whisky.
Me pidió que sacara un par de chupitos de 2 de los whiskys (de verdad) que había en barra y otro de la infamia de DYC y me explicó y demostró al vuelo como, efectivamente, no había tomado whisky en mi puta vida.
Ha seguido sin gustarme, pero ahora tengo el paladar mínimo para diferenciar whisky del matarratas.
Y, del mismo modo que el DYC ha manchado el honor del whisky para toda una generación, los profesionales chusqueros han jodido para siempre el nombre de la personalización.
Por que no han sido ni 5 ni 10 las personas que me han dicho que personalizan sus comunicación cuando lo único que hacen es empezar los emails poniendo “Hola {{nombre}}” o que hacen -atención al palabro- microtargetting porque usan públicos look a like en Facebook Ads.
Y, oh sorpresa, la peña se gasta pasta en empezar a “personalizar”, se come una mierda, y si es honesto dice que a ellos no les termina de funcionar, y si se hace trampas al solitario que ya personalizan y microtargettean con sus comunicaciones.
Muerte a la personalización, viva la personotecnia
Como recuperar el término pervertido es una tarea inhumano, un siempre fino Recuenco allá por 2012 escribió -con más extensión y acierto que yo- porque es mejor abandonar en término personalización a su suerte y optar por uno nuevo -personotecnia- que represente lo que siempre debía haber sido la personalización:
Enviar el mensaje adecuado para la persona que lo recibe en base a su perfil y a su contexto.
Y eso no se hace con tarjetones como el de Sara Villanueva que ya deberías conocer bien:
Se hace con perfiles serios en los que mapear bien los atributos perfil y parte del contexto, y cierto olfato e inteligencia para mapear la parte restante del perfil que es cambiante:
Ojito con pegarle palos a este perfil, que es mío y estoy muy orgulloso de él 😇
Suponiendo que me compras el pescado hasta aquí, atención que la cosa se pone compleja.
Llevando la personotecnia a tu comunicación
Llegado a este punto, para poder enviar el mensaje adecuado para la persona que lo recibe en base a su perfil y a su contexto tendrás que:
- Definir los distintos perfiles que vas a crear (¿va a ser 1, 4, 8…?) y hacerlo en base a motivos y no por poner números al azar.
- Encontrar la información para cada uno de esos perfiles (los tengas ya como clientes, o no).
- Cualificar a todos los leads una vez que se registran en uno de los perfiles u en otros.
- Enviar -ahora sí- mensajes personotecnicos a tus leads en lugar de café para todos.
Cómo estos 4 temas dan para newsletter todos ellos y haremos una serie de 5 episodios (en el que este es sólo la presentación) si me contestas contándome cuál de ellos te interesa más, igual le puedo dar prioridad para el miércoles que viene.